Una buena imagen personal no es algo superficial sino importante y ,ojo,
no me refiero a que todo el mundo tenga que ser un o una top model sino
ser capaz de subrayar y poner en relieve aquello de bello y especial que
tiene.
El color es uno de los elementos que nos va a permitir mostrar nuestra mejor imagen al mundo. Pero para ello tienes que conocer cuáles son los colores que te favorecen.
A veces simplemente poniéndonos un pañuelo, una camiseta o una bufanda al cuello en
nuestros mejores colores puede hacer que nos sintamos genial.
Por
otro lado, todos hemos tenido experiencias desagradables cuándo hemos
elegido ropa en otros colores. Recuerdo perfectamente lo mal que me
quedaba una camiseta de color naranja que me trajo de NY una amiga o lo
poco favorecida que me veía con el vestido salmón que escogió mi tia
para las damas de honor. Parecía ropa elegida por mi peor enemiga porque
no se me veía mal, sino FATAL!
Los colores, o como interactuan con nuestro tono de piel es muy importante puesto que pueden lograr que parezcamos más sanos y atractivos o pálidos, incluso enfermizos.
Todos los colores están compuestos de tres colores primarios: rojo, amarillo y azul. El amarillo es cálido, el azul es frio y el rojo no es ni frio ni cálido. Cuándo le añades amarillo al rojo, consigues un tono cálido y cuándo le añades azul, como en el caso del granate, consigues un tono frio.
Las personas también podemos ser clasificadas como “frios” o “cálidas” en función del matiz de nuestra piel . Cada persona tiene una combinación única de melanina, hemoglobina y caroteno.
En función del matiz, te sentarán mejor los colores cálidos o frios.
Los ojos, el pelo, la piel reaccionan en función de los colores que tienen alrededor.
¿Qué es lo que tienes que mirar para saber si eres de colorido frio o cálido?
Lo
primero es situarse cerca de una ventana para que tengamos luz natural
pero que no nos den directamente los rayos de sol. Necesitaremos un
espejo para observarnos.
En el caso de las chicas, recógete
el pelo en una coleta o mantenlo fuera de la cara con una diadema.
Especialmente si el pelo es teñido nos puede distorsionar el resultado.
Ponte una camiseta blanca para que el color de la ropa que llevamos no nos distraiga al ir poniendo colores al lado de la cara.
Ahora
es el momento de ponerte bajo la barbilla, versiones en tono frio y
cálido del mismo color e ir observando el resultado. Por ejemplo, verde
oliva (cálido)/ verde pino (frio), rosa coral/ rosa fuerte, rojo
anaranjado/ rojo cereza, oro/plata
El proceso es el siguiente:
Tienes
que fijarte en tu cara y no en los colores. Lo importante es el efecto
de los colores en tu piel así que no te distraigas. Pon unas capas del
color cálido, observas y rápidamente pasas al color frio.
Nos fijamos en la zona de los ojos, ¿el color hace que tus ojos brillen o por el contrario resalta las ojeras o sombras bajo los ojos?
La siguiente zona a mirar es alrededor de la boca, fíjate en si hay sombras en la barbilla.
Finalmente nos fijamos en la cara como un todo: ¿Tiene mejor aspecto? ¿Tiene un tono más uniforme y radiante o por el contrario se te ve un aspecto más bien enfermizo sin buen color'
De pequeños suelen atraernos los colores que mejor nos sientan pero a lo largo del tiempo nos influyen los gustos de los padres, hermanos, amigos o incluso la industria de la moda y acabamos llevando colores poco favorecedores.
Pruébalo y cuéntame cómo te ha ido analizándote, puedes pedir a una amiga que te ayude o por supuesto a un profesional.
Cuando sabes que te van los colores cálidos o frios, tienes una
información no sólo para elegir la ropa sino también los cosméticos.
En próximos posts veremos más elementos del color, ese potente aliado que aún es un desconocido para muchos.
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